El impacto de las redes sociales en los trastornos de conducta alimentaria

Luis Ordóñez Claros

2/7/20252 min read

Las redes sociales han transformado nuestra forma de relacionarnos, informarnos y construir nuestra identidad. Sin embargo, su influencia en la salud mental, especialmente en los trastornos de conducta alimentaria (TCA), es un tema que merece especial atención. La exposición constante a imágenes retocadas, ideales de belleza inalcanzables y discursos sobre dietas extremas puede contribuir al desarrollo y mantenimiento de estos trastornos.

La idealización de la delgadez y los cuerpos irreales

Plataformas como Instagram, TikTok y Pinterest están llenas de imágenes que promueven un estándar de belleza poco realista. Filtros, retoques digitales y ángulos estratégicos crean la ilusión de cuerpos «perfectos», lo que puede generar insatisfacción corporal y aumentar el riesgo de desarrollar un TCA.

Además, algoritmos diseñados para mostrar contenido basado en intereses pueden llevar a una sobreexposición a publicaciones sobre dietas restrictivas, ejercicio excesivo o "thinspiration", reforzando creencias y comportamientos dañinos en personas vulnerables.

El refuerzo social y la validación externa

Las redes sociales funcionan bajo un sistema de "me gusta", comentarios y seguidores, lo que puede reforzar la búsqueda de validación externa. Para muchas personas, la cantidad de interacciones en sus publicaciones puede influir en su autoestima y percepción corporal, favoreciendo la adopción de conductas alimentarias perjudiciales con el fin de obtener reconocimiento y aceptación.

Trastornos de conducta alimentaria y contenido peligroso

Si bien algunas plataformas han intentado moderar el contenido dañino, todavía es fácil encontrar publicaciones que glorifican la pérdida de peso extrema, promueven hábitos poco saludables o fomentan comparaciones constantes. Hashtags como #dietasrápidas o #bodygoals pueden llevar a contenido potencialmente dañino, especialmente en adolescentes y jóvenes adultos.

¿Cómo mitigar el impacto negativo?

A pesar de los riesgos, es posible hacer un uso más consciente y saludable de las redes sociales. Algunas estrategias incluyen:

  • Seguir cuentas que promuevan la diversidad corporal y la autoaceptación en lugar de aquellas que perpetúan estándares inalcanzables.

  • Limitar el tiempo de exposición a contenido relacionado con dietas y cuerpos idealizados.

  • Educar sobre la edición de imágenes y la irrealidad de muchas publicaciones, promoviendo un pensamiento crítico ante lo que se ve en redes.

  • Fomentar el uso de redes sociales como un espacio de apoyo y comunidad, en lugar de un lugar de comparación constante.

Conclusión

Las redes sociales pueden ser tanto un factor de riesgo como una herramienta para el bienestar, dependiendo de cómo se usen. Es crucial promover una relación saludable con estas plataformas, fomentando un consumo de contenido más consciente y crítico. La educación sobre los efectos de las redes en la autoimagen y la salud mental es clave para prevenir y tratar los trastornos de conducta alimentaria en la era digital.