Las redes sociales y la dismorfia corporal: el espejo distorsionado de la realidad

Luis Ordóñez Claros

2/7/20253 min read

woman in black shirt covering face with hands
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En la era digital, las redes sociales han transformado nuestra forma de interactuar con el mundo y con nosotros mismos. Nos permiten compartir experiencias, conectar con otras personas e informarnos, pero también han traído consigo un aumento de la comparación social y la insatisfacción con la propia imagen. Un fenómeno que ha cobrado especial relevancia en los últimos años es la dismorfia corporal, un trastorno que puede verse exacerbado por el uso intensivo de estas plataformas.

¿Qué es la dismorfia corporal?

La dismorfia corporal es un trastorno psicológico caracterizado por una preocupación excesiva por defectos percibidos en la apariencia física, los cuales pueden ser mínimos o inexistentes. Esta condición puede generar ansiedad, baja autoestima y afectar la calidad de vida de quienes la padecen. Si bien este trastorno no es nuevo, la influencia de las redes sociales ha cambiado la forma en que se manifiesta y se desarrolla.

Redes sociales y la construcción de una imagen irreal

Las plataformas como Instagram, TikTok y Snapchat están repletas de imágenes cuidadosamente seleccionadas, editadas y filtradas. El acceso constante a cuerpos idealizados y rostros perfectos crea un estándar de belleza inalcanzable que puede generar frustración y una percepción distorsionada de la propia imagen.

Los filtros y las herramientas de edición permiten modificar rasgos faciales y corporales con facilidad, lo que refuerza la idea de que la apariencia física debe ajustarse a ciertos estándares irreales. Esta exposición continua a imágenes retocadas puede llevar a las personas a verse de manera negativa y obsesionarse con aspectos de su apariencia que consideran defectuosos.

La comparación social y sus efectos en la salud mental

La teoría de la comparación social sugiere que las personas evalúan su propio valor en función de cómo se comparan con los demás. En las redes sociales, esta comparación suele ser desproporcionada, ya que muchas veces solo se muestran momentos ideales y versiones mejoradas de la realidad. Como resultado, los usuarios pueden sentir que no cumplen con los estándares de belleza predominantes, lo que puede derivar en una insatisfacción corporal crónica y en casos más graves, en trastornos alimentarios y depresión.

Señales de alerta y cómo proteger nuestra salud mental

Es importante estar atentos a ciertos signos que pueden indicar una relación poco saludable con la propia imagen debido al uso de redes sociales:

  • Obsesión con la apariencia en fotos y uso excesivo de filtros.

  • Ansiedad o tristeza al compararse con imágenes en redes sociales.

  • Evitación de actividades sociales por inseguridad con la propia imagen.

  • Pensamientos recurrentes sobre defectos físicos percibidos.

Para reducir el impacto negativo de las redes sociales en nuestra percepción corporal, se pueden seguir algunas estrategias:

  • Filtrar el contenido: Seguir cuentas que promuevan la autoaceptación y la diversidad corporal.

  • Reducir el tiempo de uso: Limitar el tiempo en plataformas que generan comparación social.

  • Recordar la realidad: Ser conscientes de que muchas imágenes están editadas y no representan la vida real.

  • Buscar apoyo profesional: Si la dismorfia corporal interfiere con la vida diaria, acudir a un profesional de la salud mental puede ser clave para abordarla.

Conclusión

Las redes sociales pueden ser una herramienta poderosa para la conexión y la expresión personal, pero también pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad y de nosotros mismos. Es fundamental desarrollar un uso consciente y crítico de estas plataformas para proteger nuestra salud mental y fomentar una relación más positiva con nuestro cuerpo. La belleza real está en la diversidad, y aprender a aceptarnos tal como somos es el primer paso para el bienestar emocional.